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Cuestión de tacto

  • Redacción
  • 2002-01-01 00:00:00

Confundido la mayoría de las veces con el sentido del gusto, el tacto representa un papel mucho más importante de lo que se cree durante la cata y degustación de un vino. Gracias a él podemos apreciar algunas de las características más destacadas, como su suavidad, textura, corpulencia, astringencia, etc. De hecho, muchos de los términos se utilizan como si se tratara de un sabor, ya que las impresiones táctiles van siempre unidas al gusto, salvo las térmicas. Otros son:
Áspero, con exceso de astringencia, bien por los taninos muy crudos o por componentes herbáceos procedentes del raspón, pepitas, etc.
Aterciopelado, con textura sedosa debido al abundante glicerol y a la maduración de los taninos.
Astringente, si los taninos están poco evolucionados y la acidez es alta.
Ardiente, la sensación producida por el alcohol de calor y ardor.
Cálido, si la vinosidad es ligeramente elevada.
Fluido, si pasa por la boca con facilidad.
Corpulento, si los taninos están reforzados por el alcohol.
Delgado, cuando le falta cuerpo, con poca estructura.
Cuerpo, cuando la estructura del vino la sentimos claramente, con peso.
Untuoso, si es suficientemente glicérico y la sensación es pegajosa.
Redondo, cuando no se aprecia astringencia ni aristas porque la acidez y taninos están equilibrados.
Vivo, equivalente a fresco pero con nervio.
Carnoso, sensación más táctil, que indica un vino con cuerpo, que permite “mascarlo”.
Graso, excelente cualidad que indica un buen equilibrio que lo hace untuoso y con cuerpo.
Secante, sensación producida por la acción de los polifenoles muy crudos que coagulan la mucina.
Rugoso, cuando los taninos resultan duros y poco pulidos.
Plano, falto de relieve por la poca acidez y/o escaso alcohol.
Pleno, bien dotado de taninos, equilibrados por la suavidad.
Pesado, si la carga tánica no está compensada por la suavidad.
Duro, cuando los taninos se acompañan con una acidez elevada.
Acuoso, falto de extracto o alcohol, lo que produce una sensación de vino aguado, sin peso.

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