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¿Vale lo que cuesta el Brunello di Montalcino de 1994?

  • Redacción
  • 1999-11-01 00:00:00

En el sur de la Toscana, encaramada en una colina, se alza la pequeña ciudad de Montalcino. Expuesta a todos los vientos, en la Edad Media resistió asedios implacables, y hoy sabe sacar partido de un turismo enológico reciente pero intenso.

Si, al norte de los Alpes, los amantes del vino enamorados de la Toscana no hubieran descubierto que alrededor de esta pequeña localidad había un puñado de vinicultores que producía un vino con carácter que llevaba el curioso nombre de Brunello, seguramente el sitio no sería más conocido ni tendría más actividad que otros lugares hermosos pero casi abandonados situados al sur de Siena.
Las aproximadamente 50 hectáreas que en los años sesenta se destinaban a la producción del Brunello han pasado a ser 1300, y la docena de productores de entonces ha aumentado: en la actualidad, 200 viticultores cultivan uvas de Brunello, y dos terceras partes vinifican y embotellan su Brunello con etiqueta propia. El Brunello di Montalcino se ha convertido en un lucrativo negocio del que se benefician los pequeños vinicultores, las grandes bodegas, las tiendas, los restaurantes, los que alquilan habitaciones y en general toda la ciudad. Sin duda es una suerte que estos campesinos, pobrísimos hasta hace 20 años, hayan prosperado rápidamente gracias al vino; sin embargo, el aumento espectacular de la producción y los precios hace temer que este auge económico pueda desplomarse repentinamente.
El Brunello se ha vuelto caro: el del 94 cuesta casi tanto como el Barolo piamontés del 95, lo que no es moco de pavo. Algunos se indignan y piensan que los precios de la cosecha del 94 –una añada media– son una exageración. Otros, que creen en la infalibilidad de la oferta y la demanda, los consideran justos.
Probablemente, el precio de un vino sólo sea “demasiado alto” cuando no se consiga vender, y bien sabe Dios que no ha sido ese el caso del Brunello en los últimos años. Los bodegueros llevan años escuchando impertérritos los lamentos por los elevados precios, pero los suben sin compasión año tras año. ¿Y por qué no iban a hacerlo? Al fin y al cabo, hasta ahora no ha quedado ni una botella sin vender. Al contrario, las “enotecas” de Montalcino se quejan cada vez más de que les llega poco vino; los importadores en el extranjero también tienen dificultades para conseguir suficiente Brunello. Y las cantidades que, aparentemente, ya no desean alemanes y suizos, son adquiridas por los agradecidos japoneses.
Es posible que los elevados precios, el creciente número de embotelladores y el aumento rápido de la producción lleven a que en algún momento la oferta supere a la demanda. Pero esto sólo ocurrirá cuando las existencias de botellas en las bodegas comiencen a acumularse; hasta entonces, el Brunello no bajará de precio.
También es posible, y deseable, que no toda la denominación de Brunello se vea afectada por una posible crisis de ventas, sino que el mercado -¡por fin!- empiece a reaccionar de forma diferenciada a la oferta de Brunello. Mientras que hasta ahora se paga lo que sea por cualquier cosa que lleve el nombre de Brunello, en el futuro la calidad del vino, la idoneidad de las tierras de cultivo y la imagen de la bodega podrían influir más sobre el precio. No es sino justo que las bodegas en las que la calidad no es casual sino sistemática, y que incluso en un año difícil como 1994 logran vinos excelentes, exijan un precio mayor que aquellos productores en cuyas bodegas y viñedos reina la improvisación.
Montalcino es una de las denominaciones de origen italianas más interesantes. Independientemente de los precios, las boscosas colinas de Montalcino no sólo proporcionan a la uva Sangiovese unas condiciones de crecimiento únicas, sino que dan a sus vinos un sabor de terruño inconfundible. Lo único que le falta a Montalcino es una clasificación de sus vinos. No una clasificación desde arriba, sino prescrita por el mercado. Porque –y esto hay que subrayarlo– no es el Brunello el que resulta demasiado caro, sino los Brunellos mediocres.

Texto: Andreas März
Cata: Allesandro Masnaghetti

Altesino
Rubí intenso; nariz afrutada madura y dulce, con una pizca de maderas nuevas; paladar redondo, de intensidad media, abundante fruta madura, buena duración. Un vino con mucho cuerpo que ya resulta agradable de beber. 1999-2003

Argiano
Granate denso; nariz abierta, no demasiado compleja pero intensa, con una agradable nota de regaliz; bien compuesto en el paladar, regaliz, taninos dulces y pulidos, muy buena duración con frutosidad persistente. Un vino hecho con mucha mano izquierda, que refleja bien la añada. 1999-2004

Banfi
Granate intenso; nariz con delicado toque de madera, ligeramente herbácea y oxidada; armonioso, paladar envolvente, con taninos maduros bien estructurados, final ligero, también con un toque herbáceo. 1999-2003

Barbi Colombini
Rubí intenso; nariz reservada, algo de fruta; el paladar, por el contrario, es muy redondo, agradable y al mismo tiempo denso, aunque por desgracia el final resulta algo corto y poco complejo, sobre todo después de airear. 1999-2003

Borgo Villa a Tolli
Rubí fuerte; frutosidad manifiesta, notas minerales, grafito; inicio vigoroso, buena textura, que da paso rápidamente a un tanino presente aún no del todo purificado. 2000-2002

Canaliccio di sopra- Pacenti Franco e Rosildo
Granate no demasiado intenso; nariz homogénea y abierta con clara nota de madera; taninos maduros y embriagadores en boca, redondo y elegante, aunque la frutosidad es escasa y el final resulta limitado. 1999-2003

Cantina di Montalcino
Rubí intenso, con ribetes más desarrollados; nariz abierta, con roble perceptible; estructura media en el paladar, frutosidad recatada, taninos algo secos que hacen que el vino se despliegue de forma más angulosa y el final sea menos redondo que en otros vinos. 1999-2002

Caparzo
Granate intenso; nariz franca y plena, con frutas y ligero aroma de roble; agradable y recto en boca, taninos bien ligados que no resultan demasiado profundos, algo de fruta; un vino elegante pero no demasiado complejo. 1999-2003

Brunello di Montalcino Tenuta Nuova
Casanova di Neri
Granate intenso; nariz no demasiado vigorosa pero bien definida, con roble presente pero no exagerado; en boca resulta más vivo y dinámico que otros Brunello de este año, con taninos comedidos aún no plenamente ligados y sabor a roble, de duración buena; aún evolucionará. 1999-2004

Casanuova delle Cerbale
Granate intenso; vigorosa nariz mineral, frutosidad recatada; bien estructurado en boca, aunque aún algo envarado, fruta discreta, se despliega con mucho carácter y buena duración. Un vino que todavía necesita algo de tiempo. 1999-2003

Castello Romitorio
Rubí intenso; nariz intensa y desarrollada, buena armonía entre el roble y la frutosidad; estructura homogénea con abundante cuerpo, taninos maduros que soportan todo el despliegue del vino, final no demasiado profundo pero con carácter. Es algo más que fachada, y refleja muy bien el año. 1999-2004

Carbaiona-Diego Molinari
Rubí denso y brillante; nariz compleja con fruta madura, chocolate y un leve toque de notas animales; inicio suave, acidez madura, taninos pulidos, pero estructura algo superficial; un vino bien trabajado teniendo en cuenta lo problemático de la añada. 1999-2001

Brunello di Montalcino
Vigna di Pianrosso
Ciacci Piccolomini
Granate intenso, con ribetes más avanzados; vigorosa nariz mineral con algo de roble; armónico en boca, bien estructurado, buena duración, aunque por desgracia es algo seco y termina con una nota amarga. 1999-2004

Cinelli Dontella
Rubí intenso y profundo; nariz vigorosa, buen equilibrio entre la fruta y la madera; arranque clásico en boca, bien estructurado, con taninos presentes que todavía tienen que integrarse algo más y un final más bien modesto. 1999-2003

Brunello di Montalcino Prime Donne
Cinelli Dontella
Rubí profundo y fuerte; nariz intensa aún no totalmente definida, con roble bien dosificado; bien estructurado en boca, abundante frutosidad, despliegue agradable, buena duración. 1999-2004

Col d’Orcia
Granate fuerte; nariz abierta e intensa, roble dulce, algo de alquitrán; paladar de estructura media, taninos dulces bien ligados, final preciso y homogéneo. Un vino para amantes del estilo clásico. 1999-2003

Collossorbo
Rubí intenso; nariz poco expresiva que se abre una vez aireado, alquitrán, notas minerales; paladar vigoroso, redondo y armónico al principio, después algo más rígido y amargo, buena acidez, pero aromas poco desarrollados. 1999-2002

Conti Costanti
Rubí intenso; nariz precisa y limpia, frutosidad agradable; paladar muy elegante y equilibrado, con taninos maduros bien sostenidos por la fruta, aunque el final es más ligero y sencillo. 1999-2003

Due Portine-Gorelli
Rubí fuerte subido de tono; nariz intensa pero no demasiado desarrollada, con alquitrán y madera; estructura óptima en boca, taninos presentes sin ningún amargor, con un final desgraciadamente poco expresivo que le cuesta puntos. Podría mejorar en botella. 1999-2003

Brunello di Montalcino
Vigneti del Cottimelli
Eredi Fuligni
Rubí fuerte con reflejos granate; nariz intensa con marcada nota de roble que vuelve a estar presente en boca, aunque sin excesos; buena estructura, con mucha elegancia y excelente duración. 1999-2004

Fanti Baldassarre
Rubí vigoroso subido de tono; nariz intensa marcada por el alquitrán, con pocos matices; paladar bien estructurado con taninos maduros y notas afrutadas, buen final con ligera nota amarga. 1999-2004

Friggiali
Rubí intenso; nariz poco desarrollada; paladar bien estructurado con taninos equilibrados que resultan minerales, final preciso aunque no muy profundo. 1999-2003

Brunello di Montalcino Pietranera
Friggiali
Rubí fuerte; nariz intensa y plena, ligeramente mineral; en boca se parece al Brunello di Montalcino “normal” de la misma casa, aunque con taninos más vivos y buena duración. Uno de los pocos Brunello del 94 que conviene dejar envejecer algo más. 2000-2003

Il Poggione
Granate intenso; nariz desarrollada, mineral, con algo de alquitrán; paladar no demasiado profundo pero armónico, frutosidad discreta y final medio. Un buen vino de estilo clásico. 1999-2003

La Cerbaiola-Salvioni
Granate, con ribetes más avanzados; nariz muy dulzona y madura, pero que no resulta vieja, con caramelo y alquitrán; inicio muy elegante, con taninos dulces que no obstante resultan menos profundos que en la cosecha del 93, lo que perjudica a la duración y la complejidad del final. Sin embargo, es un vino que no defraudará a los aficionados a esta bodega. 1999-2004

La Fortuna
Granate intenso; buena intensidad en nariz, con algo de fruta y vainilla; paladar de estructura media, taninos que aún tienen que integrarse algo más pero no resultan ásperos, frutosidad acompañada por algo de roble joven, buena duración. Una bodega en alza. 1999-2003

La Palazzetta
Rubí intenso con reflejos violáceos; nariz limpia y precisa, frutosidad presente, aromas minerales; en boca vuelve a haber fruta y notas minerales, taninos no demasiado densos pero sin amargor, final preciso de buena duración, algo rígido. 1999-2003

La Poderina
Rubí intenso con reflejos violetas; nariz poco desarrollada pero fresca, ligeramente herbácea; paladar limpio con frutosidad presente y madura, densa estructura de taninos. Un vino agradable bien estructurado, de complejidad limitada. 1999-2003

La Rasina-Marco Mantengoli
Rubí en maduración; nariz bastante compleja y fina con bayas desecadas y té negro; inicio bastante suave y liso, estructura elegante, dulzura ligera, podría encontrar adeptos. 1999-2002

Lisini
Rubí intenso; nariz de múltiples capas con alquitrán y caramelo; inicio armonioso, buena estructura, aroma algo escaso, buena duración, aunque por desgracia el final resulta algo rígido y seco. 1999-2003

Mastrojanni
Granate intenso; nariz abierta y evolucionada, alquitrán y regaliz; amable en el paladar, redondo, con taninos que ya están muy integrados para lo que es esta bodega, buen despliegue y duración, aunque el final resulta algo seco. 1999-2003

Piancornello
Rubí intenso; nariz precisa, delicada y homogénea, con buen empleo del roble; también en boca hay finura y un tono de roble elegante y discreto, taninos buenos y duración agradable. No es un dechado de complejidad, pero demuestra los enormes progresos que ha realizado esta casa. 1999-2003

Pieri Agostina
Rubí intenso; nariz bien definida, nota de roble vigorosa todavía aceptable; también en el paladar hay abundante roble, que con el despliegue deseca un poco algo las componentes frutales, pero el inicio es agradable y la estructura de taninos adecuada. Primer año de producción. 1999-2003

Pietroso
Rubí brillante; nariz inicialmente reservada pero muy fina, frutosidad compleja, especias; inicio liso y sedoso, estructura vigorosa, taninos ásperos cerrados en sí mismos; un vino que aún puede evolucionar. 2000-2003

Pieve Santa Restituta
Rubí intenso; nariz precisa y abierta con notas especiadas de roble; estructura homogénea en boca, preciso, óptimo empleo del roble, plenitud agradable que continúa hasta el final. 1999-2004

Poggio do Sotto
Granate intenso; nariz vigorosa y dulzona, con nota de roble y alquitrán; paladar equilibrado de múltiples capas, roble dulce que apoya unos taninos sabrosos que le dan duración sin resultar secos. Menos profundo que la cosecha del 91, pero más refinado que la del 93. Obligatorio para los amantes del estilo clásico. 1999-2005

Poggio Salvi
Rubí fuerte y vigoroso; nariz intensa, vainilla; buena estructura en boca, con taninos que aún deben ligarse, frutosidad discreta que queda algo cubierta por el tono de vainilla, pero buena duración. 1999-2003

Brunello di Montalcino Campogiovanni
San Felice
Rubí intenso; nariz de múltiples capas con roble joven pero no exagerado, mineral, algo afrutado; el paladar confirma las impresiones olfativas, desarrollo suave y dulzón, pierde algo de peso y complejidad en el final una vez aireado. Un vino maduro para beber. 1999-2003

Siro Pacenti
Granate de intensidad media; aún cerrado en nariz, poco desarrollado, tono de alquitrán; muchas capas en boca, con taninos redondos y maduros, fruta, final algo diluido, no demasiado largo. 1999-2003

Solaria-Cencioni Partrizia
Rubí intenso; vigoroso en nariz, alquitrán, notas tostadas de roble que se debilitan una vez aireado; en boca hay taninos presentes pero no secos ni ásperos, final con carácter y excelente duración. Un vino para amantes del roble, que sin embargo también satisfará dentro de algunos años a los paladares más “conservadores”. 1999-2004

Talenti
Granate de intensidad media; nariz evolucionada, alquitrán, notas minerales, espectro limitado de aromas; limpio y preciso en boca, buenos taninos, frutosidad discreta, final denso pero no demasiado complejo. Un vino agradable, tradicional. 1999-2003

Tenuta La Fuga
Rubí maduro; nariz marcadamente mineral, malta, bayas cocidas; inicio liso y suave, pero estructura fuerte, buen desarrollo en boca, taninos presentes unidos a una acidez madura; un vino agradable maduro para beber. 1999-2002

Validicava - Abruzzeses
Rubí profundo e intenso; nariz vigorosa algo rústica, roble, nota animal; gran armonía y múltiples capas en boca, taninos dulces que aguantan durante todo el despliegue, final algo más ligero con clara nota animal. Un vino muy particular no apto para todo el mundo. 1999-2004
Grandes cuvées para la gran fiesta

Las cuvées especiales que nos ofrece en este momento la región de Champaña son excelentes, ya sean marcas tradicionales de las casas, o producidas especialmente para la fiesta del milenio, o simplemente provistas de una etiqueta especial.

Hay productos muy llamativos no sólo entre los nombres conocidos como Krug o Roederer. También casas menos conocidas ofrecen champán de la máxima categoría: un ejemplo es el Mailly Grand cru, con su cuvée “2000 jours pour l’an 2000”, o los dos hermanos Fallet-Dart, cuya cuvée alegre y encantadoramente jugosa nos gustó particularmente. En un número anterior ya presentamos algunos champanes para la fiesta del milenio. Esta es una segunda serie que incluye en su mayor parte vinos que entonces aún no estaban en el mercado. Atención: muchas cuvées especiales son de tirada restringida. Quienes quieran conseguir una botella no deberían esperar más tiempo...

Para esta degustación se invitó a 40 grandes marcas y a una pequeña selección de vinicultores de calidad. La cata corrió a cargo de Rolf Bichsel.

Las leyendas del champagne
Para todos aquellos que quieran que la fiesta sea un verdadero acontecimiento...

Krug Grande Cuvée
Champagne Krug
Habrá tantas fiestas que no será necesario limitarse a una única marca. Pero si me viera obligado a celebrar el fin de milenio con una sola botella de champán, elegiría ésta. Lo que hace tan seductora a esta última edición de la “Grande Cuvée” es su frescura, su vivacidad -con pomelo en el paladar y un soplo de brisa marina-, su estilo agradabilísimo que de alguna forma, a pesar de toda su nobleza, resulta desenfadado y sorprendentemente juvenil.

Champagne Krug 1989
Champagne Krug
Sin duda posee la aromática más peculiar y polifacética de toda la cata: flores blancas, vainilla, orejones, avellanas, almendras, repostería... Puede que por ello casi suponga una decepción cuando en boca le sigue un vino que, aunque es igualmente aromático, también parece purificado, mucho más lineal y reservado en comparación con la exuberante nariz; sin embargo, es un gran vino que se seleccionará con mucha atención no para un festejo multitudinario, sino para una celebración romántica en pareja.

R.D. 1981
Champagne Bollinger
Ya la nariz indica un vino maduro: notas de boletos desecados, tocino, pero también manzana seca y membrillo; en boca es maduro, pleno, especiado, dominado plenamente por la particular aromática; un vino excelente que no debe tomarse solo: no hay que desaprovechar la oportunidad de combinar este champán vinoso y especiado con la comida, incluso con un trozo de queso duro, o ¿por qué no? con paloma, faisán, becada o perdiz, servidas con setas del bosque. No es el RD más opulento, pero sí uno de los más especiados y aromáticos que he catado hasta la fecha.

Cuvée William Deutz 1990
Champagne Deutz
Una de las cuvées con más finura de aroma y de cuerpo. Discreto olor a bosque y picea, con la frescura que sigue a una lluvia de verano, cedro, un soplo de tabaco, todo muy fino y ordenado; después, en boca presenta una finura tremenda y cautivadora, ligera y al mismo tiempo firme y con casta hasta el final, y refrescante... un vino sencillamente maravilloso, tan bueno que conviene degustarlo a solas.

Cuvée Dom Pérignon 1992
Champagne Moêt&Chandon
Nuestra primera impresión (degustación a fin de mayo) fue desigual: la nariz algo reductiva de un vino que todavía no ha llegado a una madurez plena, a su máxima expresión, con una espuma increíblemente juvenil, borboteante... Hay que decir en favor de la cuvée que posteriormente mejoró notablemente en la copa, ganando en casta y complejidad y sabiendo de hecho cada vez mejor, combinando especialmente bien con algún pequeño bocado, con aromas que de pronto resultaban mucho más agradables y recordaban a humo y a fuego de chimenea. Por lo tanto, para el año 2000 debería ser perfecta.

Cuvée de réserve 1993
Champagne Pol Roger
Ya la nariz resulta inconfundible: Pol Roger tiene sencillamente un estilo propio. Tras un verdadero ballet de notas de limón, vainilla, cedro y mantequilla, en boca llega toda la elegancia de la cosecha de 1993, con una frescura ejemplar, una impresión de madurez y aspereza... todo un poema.

Dom Ruinart Blanc de Blancs 1990
Champagne Ruinart
¿Puede medirse cuantitativamente la finura? Esa es la pregunta que nos hicimos con esta vino. Desde luego, es menos llamativo que la mayoría de las demás cuvées de máxima categoría, el final es más corto... Pero desde luego, lo que no es es basto, sino por el contrario increíblemente aéreo y fino, como tejido con seda transparente, y de gran elegancia; además, fue el triunfador en nuestra prueba a largo plazo (botella vuelta a cerrar una vez vaciada en una tercera parte y guardada una semana en la nevera). Un vino sensual a pesar de su nombre religioso.

Trilennium reserved Cuvée 1989
Champagne Veuve Cliquot Ponsardin
Confío en que los responsables de esta casa tradicional perteneciente al grupo LVMH leerán estas líneas y sabrán así la alegría que me dan con esta cuvée cautivadora. ¡Cómo ha mejorado Veuve Cliquot en el último par de años! La Trilennium reserved Cuvée de 1989 es un espumoso de la máxima categoría realmente completo, que llena la boca, con tanta casta como plenitud, afrutado, con un ramillete de aromas que van desde la fresa hasta la repostería pasando por las frutas exóticas... un champán que quita el aliento.

Los clásicos
Champanes de máxima categoría perfectamente equilibrados

Brut Vintage 1993
Champagne Louis Roederer
La del 93 está demostrando ser una de las cosechas plenamente recomendables. No tan excesiva como la trilogía 88, 98 y 90, sino más bien comprometida con el equilibrio y la casta, nos ha dado champanes de muchísima clase, que serán perfectos para el cambio de milenio. Este vino de añada de Roederer es un excelente ejemplo. Con casta, flexible, fresco pero maduro, duradero y elegante, deja la boca limpia y la cabeza ligera.

Millésimé 1993
Champagne Gosset
Vino perfectamente equilibrado, que posee tanto casta como sabor y plenitud. Final muy agradable con notas frescas de cítricos, lima. Perfecto como acompañante de una comida, sin que le tema ni siquiera a platos fuertes. La duración es asombrosa.

Gran Siècle 1990 “Lumière du Millénaire” 1990
Champagne Laurent-Perrier
Naturalmente, esta cuvée no llega a alcanzar la abundancia de capas de los champanes realmente grandes, ni su clase: es demasiado “vino”, con sus excelentes aromas que recuerdan frutas exóticas y su textura eplenamente jugosa y especiada. Pero confieso que justo después de la cata me compré un par de botellas para mi cura estival de depuración. El único problema es que después de vaciar la primera copa se acaba con toda la botella...

Magnum Noble Cuvée 1989
Champagne Lanson
La verdad es que no podemos sino alegrarnos de que el nombre Lanson, degradado a una simple marca sin viñedos ni bodegas entre las garras del gigante Marne et Champagne, adorne hoy una de las mejores cuvées de esta última casa. Probamos la cosecha del 89 en botella Magnum: puede que le falte algo de elegancia, pero desde luego no frutosidad, jugo ni duración. Una Magnum que aún resultaba muy juvenil en el momento de la cata (mayo de 1999) y seguramente esté perfectamente en su punto para el año 2000.

Trilogie La Grande Dame 88-89-90
Champagne Veuve Cliquot Ponsardin
Veuve Cliquot ofrece las tres grandes añadas en una bonita caja de madera, como regalo de lujo para el nuevo milenio. El contenido no se queda atrás: el 88 (***) resulta muy maduro y aromático, el 90 (***) pleno y casi dulzón. El mejor es el 89: rico, ahumado y frutal, con casta, jugoso, largo; un vino alegre en su mejor momento.

Cuvée de l’an 2000
Champagne Henri Germain
Posee aromas especiados que recuerdan a manzanas Golden, repostería y cacao; elegante, fino y fresco en boca, gustoso y equilibrado: un champán alegre y sin complicaciones que sienta bien, ideal para la fiesta.

“S” 1988
Champagne Salon
La nariz peculiar de un champán largamente madurado, con notas dominantes de manzanas Golden; en boca es pleno, especiado, marcadamente afrutado... y también algo unidimensional. Muy apropiado para acompañar una comida.

Viticultores y empresas pequeñas
Productos excelentes de las pequeñas bodegas, no siempre fáciles de encontrar pero a menudo interesantes por su precio

Cuvée de l’an 2000 1995
Champagne Bonnaire
La nariz de un Chablis, recuerda a angélica y acacia, a pomelo y limón, con notas minerales; en boca es gustoso, fresco, larguísimo, con un final afrutado increíblemente jugoso: un seductor genial de rompe y rasga.

Clos du Moulin
Champagone Cattier
El mejor “Clos du Moulin” que he catado nunca, porque hasta ahora esta rara cuvée “monocru” nunca me había gustado especialmente. El assemblage comercializado actualmente (producido con vinos de los años 86, 88 y 89, según indica la contraetiqueta) gusta por sus interesantísimos aromas, que recuerdan a una enorme variedad de frutas, por la jugosidad y frutosidad en boca y por la mezcla casi única de madurez y frescura. Final con notas de toronja. Atención: sólo se han producido 10.000 botellas.

Cuvée 2000
Alain Soutiran
El rey del assemblage ha pasado subrepticiamente de la producción a la comercialización. ¿Y qué más da? Su cualidad siempre fue tener buen olfato para vinos base excelentes y combinarlos para obtener mezclas exquisitas, como esta Cuvée 2000 encantadoramente afrutada, marcada por la Pinot noir, con aromas de bayas rojas y cuero. Tiene garra y su frescura es arrolladora... Un champán con nervio, tan gustoso y jugoso que nunca se tendrá bastante.

Grande sélection Brut
Champagne Fallet Dart
Ya en nariz resulta maravillosamente floral y afrutado, con notas de pomelo y aromas que recuerdan a jacinto y jazmín; en boca es fresco, jugoso, frutal, encantadoramente largo, con final de notas cítricas. Un auténtico champán de bodeguero y un placer para degustar.

Cuvée du millénaire 1995
Champagne José Michel et Fils
La nariz revela fruta y finura; aromas seductores de bayas rojas, saúco, apoyados por un soplo de cítricos; en boca es una auténtica labor de encaje, fresco, elegante e interminable... Lo tragué antes de tener tiempo de pensar. Perdura en el paladar, refresca y alegra: es magnífico y hecho a medida de todos los que quieran pasar la nochevieja en la cama.

Cuvée 2000 et une nuit 1992
Champagne Reury
Un champán muy aromático, que necesita algo de aire como le ocurre a muchos del 92. Sin embargo, una vez que ha perdido sus aromas reductivos algo desagradables, su olor es muy seductor, no demasiado fino pero alegre, a mantequilla y manzanas amarillas. En boca es redondo, suave, fresco, especiado y largo: quien quiera iniciar el nuevo milenio de forma sana y biodinámica no se verá defraudado.

Cuvée du Solstice 2000 1990
Champagne Leclerc Briant
Un champán de los que me gustan a mí: especiado, pleno, afrutado, jugoso, con garra y duración: puede acompañar una comida. El único inconveniente es el precio, que resulta algo exagerado.

Cuvée 2000
Henriet Bazin
Nariz especialmente amable, fresca y frutal, a flores y frutas exóticas; en boca es maduro, gustoso, equilibrado, realmente fino: un vino ideal para el aperitivo.

Brut 1990
Larmandier-Bernier
Nariz marcadamente afrutada, con claras notas de vino rancio... Vigoroso y pleno en boca, con carácter pero no demasiado fino. Sin embargo, se trata de un champán interesante, seguramente más adecuado para disfrutar con una comida, por ejemplo para acompañar un puchero de gallina.

Los consejos confidenciales
Para amantes del champán a quienes importa más el contenido que el nombre...

Deux mille jours pour l’an 2000 1992
Champagne Mailly Grand Cru
Arrollador: esa fue la primera impresión nada más acercarme la copa a la nariz. Sólo en la “vieille vigne française” de Bollinger había olido antes tanto vino, esa punta de bayas rojas mezclada con el zumo de pomelos mimados por el sol y recién exprimidos. En boca llegó la confirmación: increíblemente jugoso, gustoso, con una impresión de frutosidad fresquísima. Se funde en la lengua como un sorbete lascivo, y el final es largo, largo como una noche de invierno. Y procede de una cooperativa bodeguera: 2000 días para el año 2000, así se llama esta cuvée con el que todo el mundo debería hacerse rápidamente. Es mi consejo confidencial para todos aquellos a quienes les gusta encontrar el vino en el champán y a quienes les da igual que un producto tan magnífico llegue a la mesa en un envase carente de todo gusto. El Blanc de noirs (***) también es muy recomendable.

Fleur de Champagne 1992
Champagne Duval-Leroy
Un champán que se sale de lo corriente por su estilo especialmente “vinoso”, jugoso, por sus excelentes aromas ahumados, su sabia y lograda mezcla de frescura y madurez... un vino sobresaliente. Nariz vigorosa, especiada e impresionante, con notas de humo, vainilla, muy compleja y peculiar, apasionante; en boca es fresco, con casta, acidez excelente, final con agradable nota amarga; un vino moderno extraordinario.

Cuvée des Enchanteleurs 1988
Champagne Henriot
La auténtica sorpresa de la cata. Un vino de tono cristalino dorado, con increíble variedad de aromas en nariz unida a una noble reserva; en boca es maduro y al mismo tiempo tiene casta y frescura, depurado y a la vez increíblemente juvenil... ¿conoce usted a Jeanne Birkin? Esta cuvée es exactamente igual: posee la belleza depurada de la mujer madura combinada con la ingenuidad y frescura de una muchacha. Sencillamente, maravillosa.

Cuvée Nominée 1988
Champagne Jacquart
Una cata en dos actos: el primero me gustó mucho: nariz madura, especiada, con una buena dosis de sotobosque, esa aromática tan indefinible como agradable que recuerda a tierra de bosque, cuero y piel; en boca resulta maduro, especiado, vino por los cuatro costados. Sin embargo, el segundo acto me descorazonó: fue cuando me presentaron la botella, que tiene todo el encanto de una granada de mano.Ya hace un año degustamos la “Cuvée nominée” en una botella Magnum: hoy, el vino me parece aún mejor y más redondo que entonces. ¿Por qué diablos no consiguen las cooperativas bodegueras de Champaña, que producen los mejores vinos del mundo, comercializarlos en un envase razonable?

También encontramos buenos los siguientes vinos degustados:

Cuvée des Moines rosé
Champagne Besserat de Bellefont
[...]

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