- Antonio Candelas, Foto: Heinz Hebeisen
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- 2024-09-11 00:00:00
Afrontamos el comienzo del curso con la ambiciosa intención de conocer cada rincón de vino, por recóndito que sea, y Cataluña es el origen perfecto para lograr nuestro objetivo. Estamos ante el territorio que mejor expresa los diferentes matices del estilo mediterráneo, y es lo que queremos ilustrar con este recorrido por las diferentes zonas vitícolas catalanas.
Con permiso de la D.O.P. Cava, tratada en números anteriores, comenzamos nuestro viaje vinícola, entrando desde Aragón, en la encantadora Terra Alta. Esta región, caracterizada por su clima mediterráneo interior seco y soleado, nos recibe con paisajes de pequeñas elevaciones calcáreas, cuyas laderas están cubiertas de viñedos intercalados con olivares y almendros. Una deliciosa estampa que sugiere serenidad y paz.
Avanzando hacia el norte, llegamos a Montsant, un territorio abrupto y montañoso que abraza el Priorat. Aquí, el paisaje se transforma en una combinación de suelos calizos, pizarrosos y graníticos. Los viñedos se asientan en terrazas y laderas, ofreciendo vistas panorámicas de montañas y valles. La masa boscosa de pinos y encinas se mezcla con la viña, creando un contraste visual impresionante que destaca la diversidad natural de la región y ejemplifica la perfecta convivencia entre el ser humano y la naturaleza.
A un paso de Montsant, nos adentramos en la prestigiosa región del Priorat. En este territorio montañoso, los viñedos se aferran a las empinadas laderas y terrazas de pizarra, conocidas como llicorella. El terreno escarpado y la disposición de las vides en pendientes pronunciadas crean un paisaje dramático y espectacular. Los viñedos parecen desafiar la gravedad, ofreciendo vistas inolvidables de montañas pintadas en el cielo.
Antes de dirigirnos hacia el interior, no debemos dejar de visitar la zona que da nombre a una de las provincias con más historia y riqueza de nuestro país: Tarragona. La zona costera matizada por el mar Mediterráneo presenta suelos calcáreos, mientras que la zona interior tiene la influencia del Ebro con sustratos aluviales y presencia de cantos. Aún en Tarragona, avanzamos hacia el norte hasta llegar a la Conca de Barberà. El río Francolí, espectador de lujo sobre el que ha basculado la historia de la comarca, serpentea por el territorio vertebrando la actividad vitícola y añadiendo un elemento de frescura y vida al paisaje.
Desde Conca de Barberà, nos dirigimos al Penedès, situado entre la costa y la cordillera Prelitoral. Es la región vitícola más antigua de Cataluña. Esta ubicación es una de las más singulares por su enorme diversidad de microclimas, debido a la componente montañosa y marítima. Esta heterogeneidad de entornos ha llevado a zonificar el territorio en diez unidades geográficas bien diferenciadas.
Nos desviamos hacia el noroeste para llegar a Costers del Segre, distribuida en varias subzonas alrededor del río Segre. Aquí encontramos de nuevo una notable diversidad de suelos y climática, donde la componente continental gana terreno frente al Mediterráneo. Los viñedos se agrupan en parcelas que parecen pequeñas joyas incrustadas en el paisaje. El río Segre añade un elemento de vitalidad y frescura al entorno, y las montañas circundantes proporcionan un telón de fondo majestuoso para los viñedos.
Finalmente, culminamos nuestro periplo en Empordà, ubicada en el extremo noreste de Cataluña, cerca de la frontera con Francia. Su clima mediterráneo está influenciado por la Tramontana, un viento del norte purificador que imprime un carácter único. Los viñedos de Empordà se mezclan con la brisa marina y las montañas, creando un entorno pintoresco y evocador. Las vides se extienden por colinas y llanuras, salpicadas de pueblos medievales y castillos que añaden un toque histórico y cultural al paisaje.
Hasta aquí un viaje veloz por cada uno de los territorios vitícolas de Cataluña, de sur a norte, cada uno con su matiz diferencial. Ahora os ofrecemos una travesía sensorial por estos 36 vinos y os animamos a que visitéis estos paisajes de vino porque os podemos asegurar que son verdaderamente encantadores.