Política sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).

Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.

Configuración e información Ver Política de Cookies

Mi Vino

Vinos

CERRAR
  • FORMULARIO DE CONTACTO
  • OPUSWINE, S.L. es el responsable del tratamiento de sus datos con la finalidad de enviarles información comercial. No se cederán datos a terceros salvo obligación legal. Puede ejercer su derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos, así como ampliar información sobre otros derechos y protección de datos aquí.

Elías López Montero. Herencia destiladora

  • Redacción
  • 2010-04-01 00:00:00

E lías López, joven alquimista que dirige la destilería Altosa, en Tomelloso, ha heredado la pasión por el arte de destilar de su familia, que lleva en el oficio toda la vida. Su alma inquieta y su ambición por superarse lo condenan a innovar y plasmar sus ideas en forma de botella. Cree que la perfección no existe, que es un mito, pero aun así lucha cada día por alcanzarla, y para ello tiene claro que sin materia prima de calidad no se puede elaborar ningún gran destilado. Su experiencia le dice que en el proceso de elaboración de un destilado de calidad no puede haber fallos, desde la materia prima hasta la salida al mercado: “Se valora que tenga ésteres primarios (recuerdos de la materia prima), muchos alcoholes superiores, que el grueso aromático sea limpio, con un corte de las cabezas justo [en el proceso de elaboración se separan cabezas y colas, la mejor parte es el corazón]”, explica Elías. Toda esta explicación, traducida para un consumidor, significaría lo siguiente: alcohol limpio, nada punzante en aromas, con un tacto de boca sedoso, suave y homogéneo en el que tampoco aparezca esa sensación de quemazón. No obstante, como consejo al consumidor, advierte de que la calidad de un destilado se manifiesta en sus aromas: “Si el alcohol es punzante, es muy difícil de camuflar. En boca se pueden hacer ciertas mejoras legales, como añadir glucosa, glicerina para enmascarar su causticidad y aportar redondez a un destilado con cierta rudeza táctil, pero manipular el carácter aromático es más complejo”, asegura. Y es que López Montero sabe que se ha producido un gran salto de calidad en la elaboración en los últimos años gracias a la competitividad de los elaboradores por mejorar sus productos, sobre todo en el caso de los destilados Premium: “Hay que reconocer que se están creando productos muy buenos”, señala. Pero cómo debemos beber estos destilados de alta calidad: ¿solos?, ¿con agua?, ¿con refrescos?... Elías prefiere tomarlos solos, rebajados con agua fresca, como máximo a la mitad, aunque afirma que no existen reglas al respecto: “Cuando se rebaja un destilado con agua mineral, principalmente se busca suavizar su grado alcohólico para apreciar más netamente los aromas frutales y disfrutar de mayor sedosidad en el paladar”, explica. Sobre los destilados de menor calidad, si se rebajan con agua, pueden salir ganando en su tacto en boca, aunque pierden aromas. Cree que el hielo puede perjudicar al destilado porque la proporción de agua varía continuamente, el exceso de frío esconde los aromas y, por último, la calidad del agua para la fabricación del hielo es variable. En resumen, recomienda el agua mineral fresca. Sus proyectos de futuro son, para el año 2012, lanzar un brandy de 100 años y, mientras, seguir ensayando con su última aventura: barricas cuadradas para envejecer tanto vinos como destilados.

enoturismo


gente del vino