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Mariano García, ¿qué necesita un vino español para alcanzar categoría mundial?

  • Redacción
  • 2000-11-01 00:00:00

Cuando, hace dos años, Vega Sicilia y el jefe de bodega y enÓlogo, Mariano García, se separaron, en el mundillo del vino hubo muchas especulaciones sobre los planes de este enólogo legendario. Hoy, junto con su socio Javier Zaccagnini, se ocupa del desarrollo de la bodega Aalto en la Ribera del Duero. Vinum ha hablado con ambos sobre sus ambiciosas metas.

Vinum: en los últimos 20 años se nos han presentado muchos proyectos que tenían «como claro objetivo elaborar uno de los mejores vinos…» y después se podía escoger: de la región, del país, o del mundo. La experiencia con esos anuncios hace que seamos más bien escépticos. ¿En qué se basa su optimismo?

Mariano García: Se necesitan las mejores uvas, los mejores enólogos, el mejor equipamiento y mucho tiempo. Y en ninguna de estas cosas se pueden aceptar compromisos por motivos de costes. En la Ribera del Duero tenemos unas condiciones ideales para obtener uvas excelentes, como creo que ya se ha demostrado. Este año, Aalto ha plantado las primeras 20 hectáreas en una zona del máximo nivel que ha sido analizada a conciencia y en la que se ha optimizado hasta el último detalle: por hectárea se han distribuido 4.000 plantones libres de virus y obtenidos de plantas matriz determinadas, empleando para las piezas más pequeñas macetas especiales para las raíces, adaptadas al terreno.

Javier Zaccagnini: Mariano ha demostrado de sobra que es uno de los mejores enólogos, y José Carlos García Vega es un segundo de a bordo extraordinario. Quienes nos financian tienen muy claro que harán falta fondos importantes durante muchos años. Este es un proyecto con mucha calma. Nos hemos puesto una fecha: queremos culminarlo en 15 ó 20 años. Para entonces, nuestros propios viñedos tendrán una edad suficiente.

¿Quiénes son estos inversores tan generosos y pacientes, y cómo se gestó el proyecto?

Zaccagnini: Ni siquiera tendrían que ser tan generosos y pacientes. Todavía no hemos vendido ni una botella de vino y ya hemos obtenido unos beneficios de 100 millones de pesetas, porque el proyecto es tan convincente que Osborne se ha hecho cargo de un 30% de las acciones y las ha pagado muy bien. Pero todo empezó porque yo tenía determinadas ideas para una bodega y buscaba socios capitalistas: yo debía aportar las ideas y ellos el dinero. Se demostró que había suficientes personas interesadas, sobre todo después de que Pablo Álvarez, el propietario de Vega Sicilia, me hiciera el favor de prescindir de los servicios de Mariano. La gente hacía cola con ofertas descabelladas, pero mi idea le gustó: por eso llevamos el proyecto conjuntamente. Por lo demás, los inversores son unos jóvenes madrileños con éxito, a los que pertenece la empresa de informática Meta 4. Entre ellos también está nuestro presidente Juan Vila, un hombre con una gran alegría de vivir que, después de algunos años de excelente trabajo empresarial, ya puede disfrutar de los frutos de su esfuerzo y no está obligado a ganar dinero inmediatamente con este proyecto de bodega. Para nosotros, estas condiciones de trabajo son muy buenas. La premisa para obtener grandes vinos es paciencia y algo más que el mero interés material.

Casi es demasiado bello para ser cierto. ¿Qué hacen ustedes en esos 15 años hasta que tengan que presentar los primeros vinos de categoría internacional?

García: Desde luego, no vamos a estar de brazos cruzados. Existe un programa muy detallado para el desarrollo del proyecto, que abarca la plantación de los viñedos, la construcción de una bodega y las decisiones sobre la obtención de las uvas y la técnica de vinificación. Nuestra participación en las ganancias consiste en que recibimos un determinado porcentaje de acciones cuando se alcanzan determinados objetivos.
Si lo que se quiere es un vino de clase internacional, habrá que entrar en más detalles. En España, con las 20 hectáreas que han mencionado no se llega muy lejos. ¿Qué superficie se pretende alcanzar? ¿Qué hay de las adquisiciones de uva ajena? ¿Cuándo se producirá el primer vino, y cuántos vinos distintos habrá?

Mariano García: para la cosecha del 99 alquilamos una bodega para depositar la primera añada. Este año hemos comenzado la construcción de nuestra propia bodega. Nuestro objetivo es tener una superficie de viñedos propios de 70 hectáreas. Como complemento queremos adquirir alrededor de un 30% de uvas de máxima calidad, siempre dentro de la región. En los primeros años las uvas procederán exclusivamente de adquisiciones externas, y por supuesto serán sólo de calidad excelente para nuestro primer vino. Desde luego, produciremos otros vinos; si no satisfacen nuestras exigencias, se venderán en barrica.
Naturalmente, también la bodega estará orientada hacia la máxima calidad. En este momento estamos de alquiler, pero a partir de junio de 2001 comenzaremos la construcción de unas nuevas instalaciones de vinificación con el mejor equipamiento y organización posibles, que comenzará a funcionar para la cosecha de 2002. La zona de entrada de uvas a nivel del suelo sólo estará unida con la bodega subterránea a través de una abertura. Los tanques de fermentación de acero inoxidable se han diseñado siguiendo mis instrucciones, estrechándose hacia arriba para romper automáticamente la capa superior de orujo. Ya hemos obtenido resultados excelentes con ello.

Zaccagnini: Nuestro primer vino será del año 1999, y saldrá al mercado a finales de 2001 o principios de 2002. Habrá dos calidades, unas 25.000 botellas de «Aalto» y alrededor de 40.000 de un segundo vino muy bueno. En los años flojos no produciremos «Aalto». Si una partida no alcanza nuestro nivel mínimo, la venderemos en barrica.

En 1999 hubo un otoño agitado. Por lo que hemos oído, Aalto tampoco se salvó de las turbulencias de precios y la compra de uva.

Zaccagnini: Habíamos firmado un contrato de 10 años con una cooperativa, que tuvimos que rescindir después de la primera cosecha. Los proveedores de uva no estaban en condiciones de cumplir nuestras estrictas condiciones de selección. Ahora tenemos algunos contratos con productores particulares de uva. Por lo que se refiere a los precios, la Ribera del Duero se ha vuelto muy cara en los últimos dos años. El año pasado pagamos nuestras mejores uvas a 450 pesetas el kilo, mucho más que lo habitual, y el mismo precio que ofrece Vega Sicilia por las mejores uvas.

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