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De Ourense A Monterrei

  • Redacción
  • 1999-11-01 00:00:00

La ruta parte de Ourense, que es un gran mercado del vino. A la pujante ciudad confluyen no solo los del vecino O Ribeiro sino de los cuatro puntos cardinales gallegos. Ni siquiera hace falta subir a Entrimo para degustar el escaso vino que en esa zona de montaña se produce, por no hablar de los vinos de Monterrei y Verín. Quizás sea una manera de contrarrestar psicológicamente el efecto -asombroso, por otra parte- que producen los tres eternos surtidores de agua que sale a 67 grados centígrados en la ciudad de Ourense: la Burga de Abaixo, O Fervedeiro y la Burga de Arriba. Por allí andaban en los años 20 y 30 unos hombres que se atrevieron a soñar con una Galicia moderna, y que son conocidos como la Xeración Nós. Porque Ourense tiene una larga tradición de tertulia, que se mantuvo viva a pesar de todos los pesares y que continúa en la actualidad. Una ciudad culta que cuenta en su catedral -con más o menos variaciones- con una versión del Pórtico de la Gloria de Santiago, a cargo de discípulos del Maestro Mateo, llamado aquí el Pórtico del Paraíso.
Citas: El Magosto, centrado en la castaña, a la que acompañan chorizos (11 de Noviembre). La mejor foto: Ante As Burgas. Para los niños: Jardines del Posío. Visitas: As Burgas, puente romano sobre el Miño, catedral y Pórtico del Paraíso, palacio de los Oca Valladares. Qué comprar: Trajes tradicionales, alfarería, vidrio modelado, cestería, joyería.

LEIRO. El centro neurálgico de O Ribeiro es Leiro. O sea, miles de cepas que comparten el espacio vital con el río Avia y con el monte. Las aglomeraciones urbanas son algo desconocido en un lugar donde las únicas concentraciones se dan durante el estío. Leiro, además, esconde desde principios de esta década la mayor explotación vitivinícola de Galicia donde, sin ánimo chauvinista alguno, sólo se deja franco el paso a la uva autóctona.
Para los niños: Camping de Leiro. Visitas: Monasterio de San Clodio, orillas del río Avia. Qué comprar: Vino del Ribeiro.

RIBADAVIA. Fue el hogar de miles de judíos que se dedicaron, entre otras cosas, al negocio del vino. La mejor judería de toda Galicia se halla en esta localidad, muestra del esplendor de un pueblo que perfeccionó el negocio con regadíos y potenció el aprovechamiento del terreno en terrazas. Lo que ya no es tan conocido es que las aldeas de las cercanías de Ribadavia se precian de producir un licor café sin igual.
La mejor foto: En el barrio judío. Visitas: Barrio judío, castillo de los Sarmiento, Museo de Artes y Costumbres Populares del Ribeiro, iglesias de Santa María de Oliveira, Santo Domingo y San Francisco y casa de la Inquisición. Qué comprar: Vino del Ribeiro.

ENTRIMO. Si el viajero, una vez que ha llegado a Ourense, siente la atracción del sur -quizás con la monacal Celanova ejerciendo como imán-, llegará a una zona montañosa limítrofe con Portugal. Y arriba, en Entrimo
-el antiguo Interimi-, descubrirá un trozo de Galicia que también produce su propio vino, degustado ya por los miembros de la sección de carabineros que allí se emplazó en 1870.
La mejor foto: Fachada churrigueresca de granito tallado de Santa María la Real, considerada la mejor de Galicia en su estilo. Visitas: Iglesia de Santa María la Real. Qué comprar: Vino y aguardiente de la zona.

VERÍN. Si esa atracción hacia el sur no es muy fuerte y se gira hacia un poco hacia el Oeste, los municipios de Monterrei y Verín serán las próximas paradas. No sólo por sus vinos -con denominación de origen y considerados los de más graduación del Noroeste de España-, sino por la ciudad-fortaleza que tiene el privilegio de haber sido el marco físico de donde salió el primer libro impreso en Galicia. Las tierras de Verín, que se prolongan hasta Portugal por el valle del Támega, son ricas en aguas mineromedicinales.
La mejor foto: La cercana fortaleza de Monterrei. Visitas: Iglesia gótica de Santa María, convento de los Mercedarios, fortaleza de Monterrei. Qué comprar: Vinos y aguardientes de la zona, aguas mineromedicinales.

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